martes, enero 04, 2011

COMO VIVIR 100 AÑOS

Como en todo lo orgánico, existe un porcentaje que viene determinado por los genes. La calvicie y la diabetes, por ejemplo, son condiciones que heredamos de nuestros parientes. Se ha comprobado que un 15% de la población mundial debería llegar a soplar, sin mayor esfuerzo, las 100 velitas; cuando en la realidad solo 1 de cada 6,000 logra esta hazaña o desgracia, según como se mire.

Según un estudio publicado en julio de 2000 en la revista Science, no se trata tanto de carecer de genes “dañinos” o “enfermizos”, como de tener genes que nos mantengan sanos. El estudio ha demostrado además que mucha gente que debería vivir por encima de la esperanza de vida, no llega a superar esa edad precisamente porque sus hábitos los condenan con anticipación (o se interpone la embestida de un bus o una bomba).

Para que una persona pueda vivir más años que el promedio, debe tener buenos hábitos. Si uno fuma, toma en exceso, lleva una vida sedentaria y se alimenta fuera de horas y con comida chatarra, lo más probable es que “estire la pata” antes de lo previsto (por la sabia naturaleza).

Por el contrario, si uno ni fuma ni toma, realiza actividad física regularmente, y se alimenta con comida balanceada, su esperanza de vida será mayor. Esto no es ningún secreto.

Sin embargo, ¿sabía que hacer amigos es una de las condiciones para convertirse en longevo, y que 6 horas de sueño aseguran una vida larga y saludable? Efectivamente, un estudio de la Universidad de California realizado inicialmente en 1995 a 459 mujeres entre los 50 y 81 años, y vueltas a contactar 14 años después, reveló que aquellas que dormían diariamente entre 5 y 6 horas y media tenían más chances de estar vivas transcurridos esos años. Y contrariamente, aquellas que dormían menos de 5 o más de 6.5 horas tenían peor pronóstico que las anteriores.

Los japoneses viven más y mejor básicamente debido a su alimentación, rica en algas marinas y productos naturales (con omega 3 y aminoácidos) y baja en calorías (grasas y carbohidratos).

El secreto de los hombres de Cerdeña (Italia) está en acumular el menor estrés posible y en ampliar sus redes sociales; lo que no necesariamente es sinónimo de conectarse al Facebook sin hacer nada más todo el día.

Los adventistas del séptimo día en California promueven un estilo de vida súper saludable: son vegetarianos, no fuman ni beben y se desconectan completamente un día a la semana.

LA AMISTAD ES UNO DE LOS SECRETOS PARA UNA VIDA LARGA Y SALUDABLE

Efectivamente, no solo uno, sino 3 estudios realizados recientemente han demostrado que aquellas personas que cuentan con lazos amicales fuertes son más propensas a vivir más años que aquellos amargados antisociales que prefieren la soledad. “La amistad tiene un impacto mayor en nuestro bienestar psicológico que las relaciones familiares”, asegura Rebecca G. Adams, profesora de sociología de la Universidad de Carolina del Norte, y eso redunda en la salud en general.

El mismo bienestar se consigue cuando uno se siente incluido dentro de un grupo social, o cuando siente que tiene control sobre su vida. Esto lo descubrió Sir Michael Marmot, profesor de epidemiología y salud pública del College London, hace 6 años. El estudio demostró que aquellos que tenían un rango mayor vivían más años que aquellos que se encontraban más abajo en la escala social.

Nuestra salud y qué tan largo vivimos, según Marmot, está determinada por nuestro estatus social y por el control que tengamos sobre nuestra propia vida. EL SINDROME DEL ESTATUS, título que lleva su libro, sugiere que las altas posiciones sociales generan buena salud. Lo cual, tampoco puede generalizarse.

Al final de todo, lo que realmente importa es cómo lleves tu vida y el cuidado que le des al cuerpo que se te ha dado para contenerla.

Cuidarse a uno mismo significa quererse, tener una buena autoestima y confianza en sí mismo. Y cuando uno se siente bien, puede tener una mejor conexión con las personas y ayudar a hacer de este un mejor mundo. Empezar con uno mismo. Ayúdate a ti mismo para que puedas ayudar a los demás (en tu forma muy particular) y así sentirte en conexión con el Universo (sentir que no estás solo/a) y hallar tu sentido (o misión) de vida (para qué estás en este mundo). Ciertamente no estamos en este mundo en vano.
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